martes, 21 de junio de 2011

ARRIESGÓ SU VIDA POR CUIDAR A LOS ENFERMOS MENTALES

Un religioso que resistió a políticas nazis

Ni el miedo frente a la presión nazi ni el rechazo a las personas discapacitadas que se vivía en su país con el Nacionalsocialismo de Hitler pudieron apagar la intensa espiritualidad y el amor a los limitados físicos que tuvo el hermano Eustaquio Kugler.
Hospitalario con los discapacitados
El hermano Kugler, (1867 – 1946) ingresó a los 26 años a la orden de San Juan de Dios, luego de haber entrado en contacto con esta comunidad durante la construcción de un hospital en Reichenbach (Alemania).
Durante casi toda su vida religiosa fue prior de diversas comunidades y de su Provincia religiosa. Cargo al que era reelegido por voluntad de los propios miembros de la orden de San Juan de Dios. Bajo su mando estaban 16 hospitales con 2.500 personas asistidas.
Se preocupó de que se atendieran principalmente a los pobres. Escribió los criterios para acompañar a los enfermos en los hospitales que rigen en la actualidad. Aún con esta responsabilidad, pasaba las noches caminando por los pasillos del hospital velando por las necesidades de los enfermos, desde las más pequeñas.
Peligro nazi
Como muchas otras órdenes religiosas y la misma Iglesia, los hermanos de San Juan de Dios eran acechados por los nazis. También lo eran los mismos enfermos que ellos atendían. Muchos fueron deportados ya que los nazis los consideraban una carga inútil para la sociedad, pero el hermano Kugler puso todo su empeño por salvarlos de las cámaras de gas.[1]
 “Nunca iba a ningún sitio si no era con el rosario en la mano. Era un hombre muy recto. Con espíritu de oración, de recogimiento, de humildad”, asegura su postulador.
Sufrió mucho por la devastación nazi. Soportó más de 30 interrogatorios de la Gestapo. “Además de no delatar a ningún hermano, ni a otras personas, mantuvo gran silencio en su comunidad sobre los interrogatorios y trato recibido”. Guardando la calma, se refería a los nazis diciendo: “Esos árboles no crecerán hasta el cielo”.
“No era una persona de grandes estudios teológicos, pero sí de una espiritualidad ascética profunda, una innegable vivencia mística por su vida interior y profundidad de fe, que convertía sus actos en una auténtica respuesta de amor a Dios”, asegura su postulador.
El hermano Kugler murió en 1946 de un tumor en el estómago. Han pasado más de 60 años después de su tránsito. Hoy sus hermanos, así como miles de fieles en Regensburg admiran de él su sencillez, su sabiduría y su espíritu de servicio. Fue beatificado el 4 de octubre de 2009.


[1] Las cámaras de gas que hicieron tristemente famoso al campo de exterminio de Auschwitz fueron inventadas en un hospital psiquiátrico del estado alemán. Cuando Hitler dio la orden de exterminar a los enfermos mentales a alguien se le ocurrió que era rápido y económico hacerlo conectando balones de gas a las cañerías de agua de las duchas.